Hoy me llega la noticia de que una vieja amiga de la infancia, con quien compartí gran parte de la primaria, está muy enferma, y de la manera chota, y de esos casos sin precedentes… tan sin precedentes, que ella representa al mismo.
Hace ya varios años que no veía a esta chica, no por algo en particular. No nos peleamos, no discutimos, nada. Simplemente la vida nos llevó por caminos que no se volvieron a cruzar, y ninguno de los dos hizo algo al respecto, mas que dejarse llevar por el camino.
Sin embargo, los vínculos forjados durante la infancia, tienen una particularidad… una luminosidad intensa que no se apaga. Hay algo de haberte hecho amigo de alguien cuando todavía te meabas encima, que deja una impresión distinta a cualquier relación humana que uno pueda forjar como adulto. La razón nos dice que si hace mucho tiempo que no vemos a alguien, significa que no nos interesa mantener el contacto, y hasta a veces significa que el cariño que uno sentía de chico se diluyó en el tiempo, en la vida, y que ya no existe mas.
Hoy le escribí un mail a esta chica, donde le explico que a pesar de lo que dice la razón, la noticia de que no estaba bien, afloró recuerdos de la infancia, y algunas lágrimas que desmienten a la fría razón, y que me recordaron el profundo cariño que siento por ella, por toda esa gente que hace mucho que uno no ve. Me recordaron que el vínculo que uno forjó en aquel entonces, es casi inexplicablemente irrompible, y que a diferencia de la mayoría de la gente que cruza nuestras vidas adultas, ese grupo de pibes con los que uno compartió tanto, queda para siempre.
La verdad que no se de que otra manera, o que otras palabras, pueden ayudar a que entiendan mi posición, el cariño que tengo por esta chica, a pesar de la falta de contacto, a pesar del tiempo, a pesar de todo.
Todos los días a las 12 (del mediodía), se está haciendo una cadena de oración por Florencia. A esa hora, rezamos un padre nuestro por ella. Como sabrán, no soy un gran fanático de la religión, pero siempre creí que había algo o alguien mas alla de nuestra comprensión. Mi oración es para ella. Mi oración no es para que ella reciba todo el cariño del mundo, eso ella ya lo tiene. Mi rezo es para que no se olvide que lo tiene, para que a cada minuto lo sienta, aunque sea de los “tácitos” como yo. Mi oración es para recordarle lo que ella es, para recordarle que tiene la fuerza y la determinación para ganar esta pelea. Mi oración es para recordarle todo lo que ella ya sabe, y siente, para que en un momento malo, ese conocimiento pueda ayudarla a salir adelante.
Capaz que no conozcas a Florencia, pero si estás aca, es porque capaz que me conozcas a mi. Si es así, entonces sabés que haría cualquier cosa por mis amigos, y que estoy dispuesto a joder al mundo entero con tal de ayudarlos. En esta situación, no se me ocurre mas que hacer, que juntar más gente que rece por ella, y que nos ayude a recordarle todo lo que tiene, y a todos los que tiene.
Estate atento… y ponete a rezar
